?Puede un adulto unir con una chica carente acontecer machista?

El taller empieza con la fraude: no nos van an educar an unir. En realidad, se trata sobre concebir que lo que la mayoria de la gente entiende por “ligar” parte de tener en cuenta a las mujeres igual que un objeto sexual

Aproximarse a la desconocida en varios ambitos implica asumir un peligro: la posibilidad de que ella se incomode

“Hay que erotizar que la otra alma este comoda. Estamos acostumbrados a erotizar el juego sobre miradas y que nadie diga nada, dice Patricia, una de las dinamizadoras

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?Puede un varon unir con la femina desprovisto acontecer machista? Nunca short de descubrir a alguien en un terreno concreto (ya sea sobre descanso, formativo o laboral), establecer la contacto luvfree pagina de citas sobre aprecio asi­ como que esta termine en una diferente de pareja mas o menos duradera. Hablamos de entrar an una desconocida en la avenida, en el metro, en la biblioteca o en un bar. Sobre la conquista a puerta fresca. De esos encuentros mas o menor fortuitos asi­ como con final acertado que se empenan en vendernos en tantos guiones de comedias romanticas.

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Unir es un concepto grande que deberia precisarse. ?Es viable abordar a la desconocida con la intencion de entablar una comunicacion fisica con ella falto incurrir en acoso? La respuesta corta podri­a ser nunca. La respuesta extendida da de un taller sobre 2 horas y media que, pobre el titulo Taller sobre flirteo igualitario, invita an indagar las comportamientos y a modificarlos Con El Fin De Canjear el paradigma: desinstalar las topicos “por intentarlo nunca pierdes ninguna cosa, el ‘no’ ya lo posees” o “el que la sigue, la logra” y sustituirlos por la premisa sobre que lo normal podri­a ser el acercamiento sea incomodo Con El Fin De quien no lo ha pedido.

A la convocatoria acudimos nueve varones que hemos dejado detras la juventud. Dispuestos a distribuir experiencias y a repasar por el reflejo retrovisor las comportamientos que tuvimos (y poseemos) cuando la perspectiva sobre genero nunca formaba pieza, aunque sea conscientemente, de nuestro transcurso de toma sobre decisiones en las relaciones interpersonales.

El taller, organizado por la asociacion mixta Masculinidades Beta, empieza con la trampa que se desvela en los primeros compases sobre la sesion. No nos van an educar a ligar. Nunca habra secretos sobre como emprender una chachara con esa chica tan guapa sobre la permiso sin parecer un tarugo. Nunca se desvelara la formula para triunfar en el tugurio sobre actualidad asi­ como encima quedar como un gigantesco defensor de la igualdad.

Tampoco resulta una sobresalto. Las asistentes bien lo intuiamos. En realidad, se alcahueteria de lo opuesto: de entender que lo que la mayoria de la gente entiende por “ligar” parte de tener en cuenta a las mujeres igual que un objetivo sexual. y obliga, si o si, a invadir el lugar personal de alguien que puede no desearlo. O lo que es pesimo, que puede sentirse intimidada. En el metro, como podri­a ser, donde no continuamente hay evasiva asi­ como a donde la risita sobre cortesia, hasta de autoproteccion, puede confundirse con la muestra de complacencia. O en el espacio laboral, en donde la prevalencia masculina seri­a la criterio. O en la calle.

?No se puede unir, por lo tanto?

Primera conclusion de el taller: es inviable nunca acosar en determinados espacios. Hasta no obstante esten predisenados para sujetar. La duda brota. ?No se puede ligar, por lo tanto? Se puede. Sin embargo no sobre todo manera. Aca entra el factor subjetivo. ?Es suficiente un trueque de miradas? ?Dos? ?El flirteo (o lo que interpretemos como flirteo) puede dar pie a un acercamiento?

Uno de los asistentes expresa sus dudas: “Pero puedes hablar a la chica asi­ como, si te responde bien no seri­a acoso, ?no? Existen provecho mutuo”. y confiesa: “Yo no soy apto sobre atar en el metro, yo nunca se vosotros. Sin embargo yo he conocido amarrar y me he quedado flipado. Todo el tiempo he tenido asombro por ese tipo de personas”.

El temor al rechazo entra en juego (luego volvera). Sigue el igual companero de taller: “Yo lo veo mas comodo cuando las dos estamos haciendo lo mismo”. E intercede Inaki, uno de los dinamizadores: “Es mas comodo que te rechacen en un sitio publico por motivo de que existe muchas probabilidades sobre que la novia no quiera que se le acerque nadie. La novia va a su rollo, esta viviendo su vida en la localidad asi­ como no va a que le dentro de un desconocido”. Su companera al frente del taller, Patricia, cierra el debate con una duda retorica acerca de la anecdota de el metro: “Supongo que se trataba de un varon entrando an una mujer. ?Alguna oportunidad lo habeis conocido al reves?”.

Acercarse a la mujer desconocida en determinados ambitos implica de este modo asumir un riesgo: la probabilidad, mas o menor elevada, de que la novia se incomode. “Hay la pieza sobre la probabilidad sobre que la chica se sienta acosada que el adulto bien asume”, explica Patricia.